Parte 2
Habiendo terminado de hablar con Elfaria, los dos regresaron a la habitación 106. Normalmente ese no era su hogar, pero lo que habían dicho y lo que habían recibido como respuesta les hizo admitir que eran residentes de esa habitación.
"Volví."
"Estamos de vuelta."
"Bienvenida, Theia, Ruth-san."
Koutarou les dio la bienvenida a las dos. Como las dos habían invadido la habitación de Koutarou, no tenía motivos para darles la bienvenida, pero su voz era brillante y sin duda les estaba dando la bienvenida.
Esto es probablemente lo que significa ser una familia...
Theia pensó en las palabras de Elfaria. Estas interacciones normales entre ellos y Koutarou eventualmente lo salvarían. Mientras pensaba así, se sintió abrumada por una sensación refrescante.
"Maestro, qué estás haciendo?"
"Estoy haciendo la tarea de las vacaciones de verano. Lo he estado dejando durante un tiempo, así que pensé que debería hacerlo mientras pueda."
"Ya veo. Por cierto, Maestro, qué tal un poco de té de cebada?"
"Con mucho gusto tendré algo."
"Entonces lo prepararé de inmediato."
Dejando atrás una pequeña sonrisa, Ruth se desvanece en la cocina, dejando solo a Koutarou y Theia en la habitación interior. Al quedarse sola, Theia notó algo e inclinó la cabeza con confusión.
"Por cierto, Koutarou, no veo a nadie más."
Normalmente había mucha más gente en la sala. Recientemente, era normal que hubiera diez de ellos. Sin embargo, ahora solo estaban Koutarou, Theia y Ruth. Theia sentía curiosidad por las siete restantes.
"Todos se fueron a comprar. Yo era el único con tarea, así que me quedé atrás."
Con su trabajo a tiempo parcial y salir con sus compañeros de clase, Koutarou a menudo estaba fuera de su habitación. Como resultado, se había quedado atrás de los otros residentes de la habitación 106 en la tarea. Y entonces Koutarou se quedó para hacer su tarea mientras los demás salían de compras.
"Podrías hacer que alguien te muestre su tarea."
"Eso sería malo para la educación de Sanae y Yurika, así que no puedo."
"Podrías hacer que te lo muestren en secreto."
"No puedes hacer lo que no puedes hacer, eso es definitivo."
"Eres terco como siempre. Fufu."
Theia parecía estupefacta por las palabras de Koutarou, pero su expresión era brillante. Sus palabras en este momento eran aptas para un caballero de la justicia.
"Tomaré tu espalda por un momento."
"De acuerdo."
Theia se sentó espalda con espalda con Koutarou. Era conveniente ya que sus espaldas servían como sustitutos de los respaldos. Mientras estaba en esa posición, Theia comenzó a jugar un juego mientras Koutarou continuaba con su tarea. Algo como esto no era suficiente para interrumpir su concentración. Había pasado más de un año desde que Theia y los demás vinieron a esta habitación. Estaba acostumbrado a un ambiente ruidoso.
"Oye, Koutarou."
"Hm?"
"Una vez que tomes un descanso de la tarea, juega conmigo."
"Una vez que tome un descanso."
"Sí."
Koutarou y Theia continuaron así por un tiempo. Cada uno de ellos hacía cosas diferentes, pero por alguna razón no se sentía así.Koutarou había planeado hacer diez páginas de tarea. Para cuando Theia y Ruth regresaron estaba en su novena página y en una hora había resuelto todos los problemas. Y ahora, como lo prometió, estaba jugando con Theia y Ruth.
"Theia, no deberíamos retroceder un momento?"
"Estaremos bien un tiempo más. Lo superaremos con técnica."
Koutarou y Theia estaban jugando un RPG de acción para dos jugadores. Los dos estaban en el interior de una jungla y estaban a punto de quedarse sin elementos curativos. Sin ningún medio para recuperar su salud, una sola falla llevaría a la muerte.
"Si nos sobrepasamos tendremos que hacerlo todo de nuevo."
"La dignidad de la familia Mastir se verá perjudicada si me retracto de algo de este nivel."
"Qué dignidad hay cuando se trata de un programa viejo."
"Pero..."
"Debes priorizar la conveniencia de Theia-chan sobre la conveniencia de la princesa Theiamillis aquí."
"... Son esas las palabras de Koutarou-chan?"
"Sí."
"Entonces no hay remedio. Volvamos."
"Eso es más como debería. Debes escuchar obedientemente las advertencias de las personas."
Theia quería continuar explorando, pero después de la persuasión de Koutarou, ella decidió regresar a la ciudad por un momento. Después de llegar a la ciudad y hacer los preparativos para la próxima aventura, Koutarou y Theia pausaron el juego y tomaron un breve descanso.
"Buen trabajo Su Alteza, Maestro."
Ruth dejó los vasos frente a los dos. En los vasos había té de cebada con hielo flotando en la parte superior.
"Gracias, Ruth."
"Eres una salvavidas."
Sedientos después de concentrarse en el juego, los dos tomaron con alegría los vasos. El té fresco de cebada se sentía genial al pasar por sus gargantas secas. Después de haber descansado y bebido un poco de té de cebada, Theia miró a Koutarou mientras todavía sostenía su vaso.
"Oye, Koutarou-chan."
"Hm?"
Koutarou dejó de beber su té de cebada y miró a Theia. Los dos ahora estaban uno frente al otro y Ruth los vigilaba desde un costado.
"Hay algo que quiero preguntar."
"No me importa... pero detente con el Koutarou-chan."
Theia había usado el sufijo chan para separar entre asuntos públicos y privados, pero era un nombre embarazoso para ser llamado.
"Te avergüenza?"
Theia preguntó después de parpadear dos veces.
"Sí."
Koutarou no desvió la mirada pero estaba avergonzado y su voz era un tanto brusca. Una sonrisa apareció en los labios de Theia mientras continuaba felizmente.
"Fufu, entonces continuaré con Koutarou-chan por un tiempo."
"Oye."
"A cambio, te permito que me llames Theia-chan."
"En ese caso, por favor llámame Ruth-chan también."
"Hey ahora, ustedes dos..."
Las dos chicas que se unieron para burlarse de Koutarou lo hicieron bajar los hombros.
"Más importante aún, volviendo a lo que quería preguntar."
"Qué quieres decir con más importante?"
"Shush, Koutarou-chan."
Theia continuó con su tema, sellando la capacidad de refutación de Koutarou. Theia sonrió porque era divertido molestar a Koutarou y porque su tema era brillante.
"En realidad, quiero dejar que mi madre y los ciudadanos respiren el aire de la superficie."
A bordo de la nave espacial, el Caballero Azul, estaban Elfaria y los ciudadanos de Forthorthe que la apoyaban. Habían estado en esa nave espacial todo este tiempo, y aunque no había problemas físicos, mentalmente deberían sentirse encerrados. Entonces Theia quería llevar a Elfaria y a los ciudadanos a la superficie, dejarlos respirar un poco de aire fresco y disfrutar de la vegetación.
"Es una buena idea."
Koutarou asintió con la cabeza, pero Ruth siguió con el tema.
"Sin embargo, hay muchos ciudadanos y casi no conocen la Tierra. Su Alteza y yo no somos suficientes. Así que esperamos que puedas ayudar, Master-chan"
"... Es una historia reconfortante y me encantaría ayudar, pero hay un gran problema."
"Qué?"
"En serio, detenganse con el chan. Especialmente tú, Ruth-san."
Koutarou se sostuvo la cabeza de dolor.
"Parece que le gusta."
"Valió la pena el esfuerzo de decirlo entonces."
Sin embargo, los dos parecían indiferentes. No tenían intenciones de cambiar la forma en que lo llamaron por un tiempo.
"Ustedes..."
"Ríndete. Ruth y yo te amamos, Koutarou-chan."
"Pero si dices que nos odias, pararemos de inmediato, Master-chan."
"... En serio... ustedes dos han estado jugando sucio últimamente..."
Cuando se conocieron por primera vez, se habían enfrentado mucho. Sin embargo, ahora que se llevaban bien, sus métodos eran más adecuados para los invasores. Dicho eso, porque eran demasiado directos con sus sentimientos, todo lo que Koutarou podía hacer era soportarlo silenciosamente.
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