Volumen 17: Hasta Ahora, y a Partir Ahora

Parte 1.
Miércoles,  4 de Agosto

El sol de verano brillaba despiadadamente desde arriba. Con este buen clima, la piel de aquellos que caminaron bajo este brillante sol gradualmente se bronceo. Normalmente esta seria una situación de la que te enfermarías, pero no parece que estas personas se sintieran de esa manera basado en sus expresiones. De hecho fue todo lo contrario. Tenían deslumbrantes sonrisas brillantes. Eran muy similares a el brillante mar transparente frente a ellos.

"Yahooo! Es el mar!"

Sanae se quito la parka que estaba vistiendo, revelando el traje de baño debajo y alegremente comenzó a correr hacia el mar. Cada paso que daba sacudía los muchos adornos en su traje de baño. Ella había estado esperando ansiosamente este día, y no pudo aguantar mas cuando vio el mar.

"Sanae, espera. Tienes que calentar antes de entrar."

Sin embargo, había alguien que apagó ese ardiente impulso de ella. Ese alguien era Koutarou que había venido a la playa junto a ella. Después de que Sanae había escapado dos o tres pasos, Koutarou la agarró del brazo y la detuvo. Eso era sentido común para alguien atlético como Koutarou.

"Bueno. Haré que ella lo haga!"
"Ah!?"

Sin embargo, Koutarou solo pudo capturar su cuerpo y la mitad de su alma, mientras el alma de Sanae-chan se deslizaba y continuaba hacia la playa. 

"Geez, esa chica..."

Koutarou la miró con una sonrisa irónica. 

"Lo... siento."

El cuerpo que quedó atrás y otra mitad del alma, Sanae-san, dejó caer sus hombros y se disculpó con Koutarou. Aunque parecía que las dos se habían separado, eran esencialmente la misma persona. Sanae-san era muy consciente de que sus sentimientos de ser arrastrada aparecieron en la superficie de Sanae-chan y su cara se puso roja de vergüenza.

"Bueno, al menos ha madurado un poco al ver que te dejó atrás."

Koutarou sabía que nada vendría de regañar a Sanae-san. Al ser de algún modo un poco introvertido, ser demasiado estricto con Sanae-san solo tendría el efecto contrario. 

"Muchas gracias. Uhm, K-Koutarou-san, haré todo lo posible para compensar por Sanae-chan."

Con su rostro enrojecido, Sanae-san habló desesperadamente. Sanae-chan había estado taladrando en Sanae-san que cuando estuvieran en la playa, ella debería hablar activamente con Koutarou. Esa también era la razón por la que había cambiado de llamarlo Satomi-san a llamarlo Koutarou-san. 

"No te preocupes. Ella regresará de todos modos."
"Eh!?"

El corazón de Sanae-san casi se detiene, ya que pensó que su promesa con Sanae-chan había sido descubierta.

"Koutarou! Koutarou! La playa es aburrida sin cuerpo! No puedo tocar el agua!"
"Ves?"
"Aha, ahahaha."


Pero afortunadamente, Koutarou no tenía idea de su promesa. Sanae-san se rió con alivio.
Koutarou había venido al mar para jugar con sus amigos. El grupo estaba formado por Koutarou, las nueve invasores, Kenji y las cinco miembros del cosclub, así como los dos haniwas. Con todos ellos, el simple hecho de instalar mantas y sombrillas fue toda una carga de trabajo. 

"Bueno, eso debería hacerlo."

Después de acomodar su quinta sombrilla, Koutarou decidió descansar. Fue entonces cuando algo frío se presionó contra su mejilla. 

"Uwoah!?"
"Buen trabajo, Koutarou."
"Gracias por sus esfuerzos, Maestro."

Theia y Ruth llamaron a Koutarou después de sorprenderlo con ese repentino frío. Theia llevaba un elegante, traje de baño blanco, mientras que Ruth llevaba un traje de baño simple pero lindo. El frío en la mejilla de Koutarou era una botella de plástico helada que Theia había presionado sobre él.

"Oh, solo eres tú Theia. No me asustes así."
"Fufun. Incluso eso es parte de mi afecto. Solo acéptalo."
"Simplemente sentiste ganas de hacer una broma, verdad?"
  
Koutarou aceptó la botella mientras enviaba una mirada sospechosa a Theia. Ella respondió con una sonrisa en lugar de disculparse. 

"Podrías decir eso... Koutarou, gradualmente has comenzado a entender los sentimientos de tu Lord." 
"No te estoy felicitando. Estoy estupefacto."
 

Koutarou quitó la tapa de la botella mientras miraba a Theia.Theia trajo la amada soda de Koutarou. No es la de dieta, sino de azúcar normal. Ese era el sabor que él prefería. 

"Maestro, lamento sorprenderte." 

Ruth inclinó la cabeza, sonrojándose levemente. 

"No, está bien, Ruth-san". 

Koutarou estaba confundido sobre por qué Ruth se inclinaba, pero Theia pronto le dijo esa razón. 

"Koutarou, por qué solo perdonas a Ruth? Esa fue su sugerencia." 

La verdad era que era Ruth quien había tenido la idea de presionar la botella contra la mejilla de Koutarou. Theia frunció el ceño ya que solo ella fue criticada, siendo la responsable directa. 

"Eso es..."
"Su Alteza, la verdad es que el Maestro también la ha perdonado. Pero dado que es un hombre, está siendo obstinado." 
"Koutarou, es eso cierto?"

Theia abrió mucho los ojos y miró a Koutarou a la cara. 


"U-Uhm..." 

Koutarou tropezó por una respuesta. Fue justo como dijo Ruth, pero era difícil de admitir en esta situación. Entonces en lugar de responder la pregunta el comenzó deliberadamente a beber el contenido de la botella. 

"Ahhh ~, este es el sabor que quiero."

La soda helada humedeció su garganta mientras que el ácido carbónico la estimuló. Si bien solo lo había bebido para salir de su difícil situación, la soda fue muy bienvenida después de haber instalado las sombrillas y las mantas. 


"Su Alteza." 
"Sí... Fufufu."
"Hihi" 

Mirando a Koutarou, Theia y Ruth comenzaron a reír, y habiéndose avergonzado, Koutarou tomó otro sorbo de soda. 

"Koutarou también dame un poco." 

Theia empujó sus manos abiertas hacia Koutarou. Ella había estado de mal humor hace un momento, pero ahora estaba de buen humor mientras miraba a Koutarou con una sonrisa refrescante. 

"... Compraste esto porque querías beberlo tú misma?" 
"Eso no es cierto. Fue por pura buena voluntad. Pero... una verdadera relación entre amo y sirviente es una en la que puedes compartir todo." 
"... Solo te conviertes en una princesa cuando realmente te conviene." 
"Por supuesto. Soy tu princesa después de todo." 

Cuando Theia dijo eso parecía muy feliz y orgullosa. 

Lo que está diciendo no ha cambiado tanto desde que nos conocimos, pero... 

En el pasado, Koutarou probablemente habría objetado las palabras de Theia. Sin embargo, ahora esas palabras lo conmovieron por alguna razón. Si bien fueron las mismas palabras, los sentimientos dentro fueron completamente diferentes. 

"Bien bien." 

Después de darse por vencido, Koutarou le entregó la botella a Theia. Allí, Theia luego se lo pasó a Ruth. 

"Aquí, tú también bebe." 
"Su Alteza?"
"Koutarou no es mi único vasallo."
"..." 

Ruth vaciló un momento después de escuchar las palabras de Theia y miró la cara de Koutarou. 

"Entonces tomare un poco." 

Mientras esperaba que Koutarou asintiera, ella puso sus labios sobre la botella y comenzó a beber. La soda en la botella disminuyó gradualmente mientras bebía. Era una forma mucho más elegante de beber que en comparación con Koutarou. 

"Muchas gracias, Su Alteza, Maestro." 

Después de saciar su sed un poco, Ruth le devolvió la botella a Theia. No solo era elegante la forma en que bebía, sino también la cantidad. 

"De hecho, entonces es mi turno." 

A diferencia de Ruth, Theia no dudó en poner sus labios en la botella. Su forma de beber también era más dinámica que la de Ruth.Sin embargo, la manera infantil en que se tragaba la soda desprendía la impresión de un bebé que bebía leche de su botella. 

"No te lo bebas todo." 
"... Haah. Lo sé. Aquí."

Después de beber un poco de soda, Theia le devolvió la botella a Koutarou. Todavía le quedaba suficiente para beber. Lo que Theia había dicho sobre compartir no había sido una mentira. 


"No sé de ninguna princesa que entregue bebidas a medio beber sin embargo." 
"Fufu, pero por supuesto."
"Hmm?" 
"Tú y yo no somos simples maestro y sirviente después de todo." 

Theia puso sus manos sobre su pecho y le sonrió a Koutarou mientras inclinaba levemente su cabeza. Su sonrisa y sus ojos estaban llenos de fe y confianza, y justo detrás de Theia estaba Ruth con la misma expresión. Estaba claro que las palabras de Theia también eran las palabras de Ruth. 

"... Realmente eres injusta." 

Koutarou mostró una sonrisa amarga mientras bebía la soda de nuevo. La refrescante soda se sintió genial al pasar por su garganta seca. Sin embargo, dado que Koutarou estaba distraído por las sonrisas de estas dos chicas, esa sensación no permaneció dentro de él por mucho tiempo.Cuando Sanae notó a Theia y Ruth, ella los invitó a hacer ejercicio junto con ella. Sanae, que quería saltar al agua lo más rápido posible, y Theia, a quien le encantaba mover su cuerpo, pronto llegaron a un acuerdo. Por supuesto, Ruth no tenía ninguna objeción y los tres se alinearon para hacer ejercicio. 

"Asegúrate de estirar correctamente." 
"Lo se, lo se. Verdad, Theia?"
"No somos niños pequeños, puedes confiar en nosotros."
"Bueno, con Ruth-san contigo, probablemente estarás bien."
"Por favor, déjamelo a mí, Maestro."

Koutarou miró a las tres chicas con el rabillo del ojo mientras descargaba su equipaje a la sombra de las sombrillas. Además de Koutarou, los otros 15 habían dejado su equipaje en la playa para cambiarse. Equipaje para 16 personas era una cantidad considerable, y Koutarou tuvo que ir y venir varias veces entre el equipaje y las sombrillas. 

"Déjame ayudarte."

Fue entonces cuando apareció la cuarta chica y se ofreció a ayudar a Koutarou. Era Kiriha, que llevaba una camiseta grande encima de su traje de baño. Como la camiseta pertenecía a Koutarou, ocultaba sus líneas curvas debajo de ella. 

"Eso ayudará... oye." 
"Hm?"
"Qué estás haciendo?" 
"Nada especial. Solo quería mostrar una expresión de mi amor antes de ayudar." 

En lugar de llevar el equipaje, Kiriha abrazó a Koutarou desde atrás. Ella no lo estaba abrazando demasiado fuerte o débilmente. Y si Koutarou quisiera quitársela de encima, podría hacerlo fácilmente. 

"Detente. Qué pasa si alguien está mirando?"
"No te preocupes. Me aseguré de mirar." 

Kiriha presionó su mejilla contra la espalda de Koutarou y cerró los ojos. Una sonrisa apareció en sus labios ya que estaba tan feliz de poder hacer esto que no pudo evitarlo. 

"Eso no es lo que quise decir." 
"Si me odias entonces solo dilo." 
"Estoy preocupado porque no te odio."
"Ya veo. Esa es una buena razón para detenerse." 

Al escuchar la palabra preocupado, Kiriha se dio por vencida y soltó a Koutarou. Debido a su experiencia desde la niñez el tenía una tendencia a evitar las relaciones profundas con los demás. Si bien era un problema que debía resolverse eventualmente, nada bueno vendría de forzarlo ahora mismo. Preocupar a Koutarou no eran las intenciones de Kiriha, y además, ella había sido capaz de hacerle decir que él no la odiaba, por lo que estaba satisfecha. 

"Por favor no me ataques por sorpresa." 
"Fufufu, de eso se tratan las invasiones." 

Kiriha se rió con una expresión traviesa. El otro día, Kiriha había declarado que invadiría la vida de Koutarou. Desde entonces, ella había mostrado expresiones directas de amor como esta. Sin embargo, ella no quería que los demás se sintieran desagradables al respecto, por lo que se aseguró de elegir el momento y el lugar adecuados para hacerlo. 

"Es malo para mi corazón." 
"Eventualmente te acostumbrarás. Tengo la intención de permanecer en tu vida después de todo."
"Kiriha-san, realmente estás en tu peor momento."
"Soy consciente de eso."

Kiriha se rió por un momento antes de recoger su propio equipaje. Ella finalmente iba a ayudar a Koutarou como ella había dicho. 

"Pero... realmente no tengo ninguna intención de molestarte a ti ni a los demás." 
"Yo también lo sé. Es por eso que por favor deja de ser tan repentina."
"Fufufu, realmente entiendes lo que eso significa?"
"Eh?"
"Significa que es solo cuestión de tiempo."
"... Dios... Es aún peor ya que lo estas haciendo a propósito..."

Koutarou no tenía contras efectivos para la invasión de Kiriha. De hecho, tenía innumerables razones para abrazarla en seguida. 

"Eso es lo que los invasores son."

En el pasado, Kiriha había dicho que si te dabas cuenta de que te estaban invadiendo de inmediato y podías encontrar fácilmente contramedidas, entonces no era más que un juego de niños. Y ella estaba ahora en medio de una invasión así.

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